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Enviado Lunes, 05 de Junio de 2006 - 03:12 am:   

El Mahabharata
La historia de la gran India
Traducido del sánskrito por SS Hridayananda dasa Gosvami


-- La Historia de Ekalavya --

Reuniendo a todos sus nietos con una variedad de riquezas Bhisma dijo: "Aquí están tus discípulos", le dió todo a Drona con el apropiado protocolo y el gran arquero y Drona aceptó a los príncipes Kauravas como sus discípulos.

Cuando se quedaron solos reunidos en un lugar apartado y los discípulos se sentaron a sus pies, Drona les dijo con gran determinación: "Hay una tarea que necesito que hagan y que palpita en mi corazón. Una vez que ustedes hayan aprendido a usar las armas deben de realizar esa tarea por mí. ¡Oh inocentes!, díganme que en realidad lo harán".

¡Oh gobernante de la Tierra, al escuchar estas palabras los príncipes Kauravas permanecieron en silencio, pero Arjuna, el gran combatiente, prometió darle a su guru todo lo que deseaba. Luego Drona besó la cabeza de Arjuna una y otra vez y lo abrazó con afecto derramando lágrimas de júbilo. Luego el poderoso Drona le enseñó a los hijos de Pandu a usar toda clase de armas divinas y humanas.

Uniéndose a los Pandavas, reyes y príncipes de la dinastía Vrsni y Andhaka y de muchos otros países llegaron con Drona, el mejor de los brahmanas, porque estaban ansiosos de aprender el uso de las armas. Radheya, el presunto hijo de un conductor de carruaje, también llegó con Drona para aceptarlo como guru. Iracundo por naturaleza, Radheya quiso derrotar a Arjuna y con el apoyo de Duryodhana insultó a los hijos de Pandu.

Sri Vaisampayana continúo:

Arjuna constantemente se esforzó en honrar a su guru y se esmeró en dominar el uso de las armas con absoluta dedicación, de este modo se volvió especialmente querido para Drona.

En una ocasión Drona llamó al cocinero a un lugar privado y le dijo: "Nunca le des a Arjuna de comer en la oscuridad", después de eso, en una ocasión cuando Arjuna comía cerca de la luz de una lámpara, el viento sopló y apagó la flama de la lámpara pero Arjuna continúo comiendo y notó que la mano no desatinaba en encontrar la boca, porque la mano estaba muy acostumbrada a llevar los alimentos a la boca.

Aunque Drona le ordenó al cocinero, Arjuna descubrió el efecto a la práctica constante y comenzó a practicar disparando de noche. ¡Oh Bharata!, Drona escuchó el vibrante retumbar de la cuerda del arco y se levantó de su cama y se aproximó a Arjuna, abrazándolo le dijo: "Te enseñaré ahora en tal forma que ningún arquero en el mundo te igualará, ¡en verdad te declaro esto!(1)

Luego Drona le enseñó a Arjuna el arte de pelear a pie, en cuadriga y sobre el lomo de elefantes y caballos e instruyó cuidadosamente al hijo de Pandu en la batalla con mazas, espadas, dardos, lanzas, jabalinas y en el arte de combate con armas combinadas.

Presenciando la habilidad de Drona, reyes y príncipes se reunieron por miles, Maharaja, ansiosos por aprender el Veda militar. Hiranya-dhanu, el rey Nisadha, tuvo un hijo llamado Ekalavya que también fue con Drona, pero el maestro no lo aceptó como su estudiante por interés de quedar bien con otros.(2)

[A pesar de que Drona no lo había aceptado, Ekalavya no aceptó la decisión del maestro], el fiero guerrero Ekalavya tomó los pies de Drona y colocó su cabeza sobre ellos, luego fué al bosque y sin que el maestro lo supiera y sin su consentimiento moldeó de barro la forma mística de Drona. Con un esfuerzo firme por el poder y con una extraña fe en esta deidad ilícita Ekalavya comenzó a adquirir una velocidad endemoniada en el arte de disparar flechas.

Un día con el permiso de Drona todos los Kurus y príncipes Pandavas que eran fieros guerreros emprendieron en sus cuadrigas la cacería en el bosque, un hombre transportó la parafernalia de los Pandavas y los siguió llevando consigo a un perro. Mientras todos los príncipes recorrían los alrededores cada uno ocupado en su propia búsqueda el perro tonto perdió su orientación y errando perdido por el bosque se acercó a Ekalavya, el hijo del rey Nisadha. Mirando fijamente al obscuro hombre Nisadha que estaba cubierto de polvo y vestido con un cuero de venado negro le ladró, mientras el perro le estaba ladrando Ekalavya le disparó siete flechas dentro de su boca tan rápido que parecía que todas volaban a la vez.

El perro corrió de regreso con los Pandavas con la boca llena de flechas, cuando los heróicos hijos de Pandu vieron al perro de caza quedaron totalmente asombrados [porque las siete flechas habían entrado en la boca del perro antes de que la cerrera], dándose cuenta de la extraordinaria rapidez requerida para esa proeza y también por verificar ciertos síntomas supieron que el arquero había dirigido las flechas al ruido del blanco, sin mirarlo, los príncipes con humildad elogiaron la proeza.

Los Pandavas buscaron en el bosque al morador del bosque que había disparado las flechas y encontraron a Ekalavya lanzando flechas incesantemente, ¡oh rey!, sin reconocerlo debido a su extraña apariencia, le preguntaron "¿quién eres y a quién sirves?"

Ekalavya respondió:

Por favor sepan mis queridos guerreros que soy el hijo de Hiranya-dhanu, el rey Nisadha, y que soy un discípulo de Drona esforzándose arduamente por dominar el Dhanur Veda.

Sri Vaisampayana continúo:

Conociendo la identidad de Ekalavya los Pandavas regresaron a casa y le contaron completamente a Drona la maravillosa anécdota, arjuna en particular se mantenía pensando en Ekalavya y motivado por el amor a su maestro se reunió con Drona en un lugar privado y le dijo "¿en una ocasión acaso no me abrazaste con afecto y me dijiste en privado con estas palabras: 'Ningún estudiante mío será mejor que tú?', entonces ¿por qué ahora hay otro estudiante tuyo, el hijo del rey Nisadha, que es un guerrero mejor que yo, en realidad mejor que cualquiera en el mundo?"(3)

Drona pensó por un momento y tomó una decisión y llevando al ambidiestro Arjuna fue a ver al príncipe Nisadha, Drona contempló a Ekalavya salpicado en todas partes con polvo y suciedad, su cabello enmarañado, su ropas rotas y con un arco en su mano incesantemente disparando flechas.

Viendo a Drona aproximarse, Ekalavya caminó hacia él, tocó con su cabeza el piso y abrazó los pies de su maestro [Ekalavya en realidad no había obedecido la orden de Drona de que no podía volverse discípulo de Drona, pero] ahora Ekalavya adoró a Drona de acuerdo al procedimiento normal y presentandose a sí mismo como discípulo de Drona se puso de pie ante el gran maestro con sus manos juntas en reverencia.

Luego ¡oh rey!, Drona le dijo a Ekalavya "si en realidad eres mi discípulo entonces debes darme inmediatamente mi daksina".

Al escuchar esto Ekalavya estando complacido dijo "¿qué te puedo ofrecer mi señor?, ¡que mi guru me ordene!, ¡oh el mejor de los eruditos védicos!, no hay cosa que no pueda ofrecerle a mi guru". Drona respondió "dáme tu dedo pulgar derecho".

Escuchando las espantosas palabras de Drona Ekalavia mantuvo su palabra porque siempre cumplía su voto, con cara jubilante y mente libre de remordimiento y sin titubear, se rebanó completamente el dedo pulgar derecho y se lo ofreció a Drona y luego continúo disparando flechas con sus dedos restantes, ¡oh rey! pero no tan rápido como antes. Así que Arjuna quedó libre de la intensa ansiedad y también estuvo satisfecho porque ahora Drona había cumplido su palabra(4) y ya nadie podía derrotarlo.(5)

Notas:
  1. Se dice que Drona originalmente trató de favorecer a su hijo y convertirlo en el guerrero preeminente, pero luego, viendo la devoción de Arjuna el maestro hizo este voto a Arjuna.
  2. Drona se preocupó por las consecuencias de revelarle este conocimiento tan poderoso al futuro líder de una gente incivilizada como los Nisadhas.
  3. No era por orgullo que Arjuna deseaba ser el mejor, mas bien por amor a su maestro, quería que la palabra de su maestro se mantuviera y también su prestigio como guru. Además Arjuna estaba destinado a proteger los principios de la justicia y si su maestro revelaba los secretos militares avanzados a personas no aptas, Arjuna y sus hermanos no podrían realizar su divina misión de eliminar a los malvados y restablecer la virtud en la Tierra.
  4. Un rasgo esencial para un hombre respetable de la época.
  5. Consultar "el Error de Ekalavya".
© SS Hridayananda dasa Gosvami - www.acharyadeva.com

© 2006 Templo Virtual de ISKCON (trad. al español)
Se prohibe la copia o reproducción del presente texto sin previo permiso por escrito del autor

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