.

Enfrentando Nuestra Realidad, Viviend...

Istagosthi Virtual » Filosofía Védica » Citas, Clases y Cartas » Enfrentando Nuestra Realidad, Viviendo con Nuestros Ideales « Previo Próximo »

Autor Mensaje





Madhava Prasada (HDG)

Nombre de Usuario: Madhavap

Mensaje Número: 82
Registrado: 02-2003
Enviado Jueves, 06 de Enero de 2005 - 09:08 pm:   

Enfrentando Nuestra Realidad, Viviendo con Nuestros Ideales

Aunque el Señor Krishna desee nuestra rendición plena,
Él nos estimula a progresar gradualmente hasta la meta más elevada

SS Satsvarupa Das Goswami

El Srimad-Bhagavatam (3.29.11-12) afirma: “La manifestación del servicio devo­cional fidedigno ocurre cuando la mente se siente atraída por oír el nombre y las cualidades trascendentales de la Suprema Personalidad de Dios, que reside en el cora­zón de todos. Así como el agua del Ganges fluye naturalmente rumbo al Océano, ese éxtasis devocional, que ninguna condición material interrumpe, fluye en dirección al Señor”. En su significado, Srila Prabhupada escribe: “Ninguna condición material puede frenar el flujo del servicio devocional de un devoto puro”.

Srila Prabhupada está describiendo el estado perfecto, en el cual un devoto no tiene ninguna distracción del servicio a Krishna, ningún deseo material, ninguna di­ficultad para acordarse del Señor amado. Es fácil para nosotros admitir que no esta­mos en este nivel, pero nunca debemos olvidar que, no importa cuán imposible pa­rezca, éste es el punto al que queremos llegar. Deseamos vivir sin ningún interés diferente del interés de Krishna.

Al mismo tiempo, personalmente creo (y eso recomiendo a los demás) que debería­mos dedicar nuestros talentos personales al servicio de Krishna. No hay necesidad de cercenarlos o reprimirlos. Nuestras aptitudes per­sonales incluyen tendencias psicofí­sicas, orientación cultural y nuestras diversas propensiones. Las escrituras aseguran que es imposible destruir nuestros deseos y que eso no es recomendable. En vez de ello, debemos consagrarnos y todo lo que poseemos al servicio de Krishna. Cuando re­chazamos la materia en nombre de la renuncia, nuestra renuncia es incompleta.

Sin embargo, en la práctica, ¿cómo podemos dedicarnos íntegramente al servicio de Krishna? En la histo­ria de ISKCON, hemos observado un fenómeno en el cual los de­votos se afilian al movimiento y oyen que deben rendirse totalmente, someter sus in­tereses personales y dedicarse enteramente al servicio en el templo. Muchos devotos abandonan carreras, propensiones, algunas veces hasta incluso familias y muchas cosas que aman y eran parte de sí mismos para dedicarse al servicio devocional. Más tarde, años después, comienzan a pensar en forma diferente. A veces, sienten que fueron in­ducidos a entregar algo que no necesitaban dejar. En otros casos, esos devotos sien­ten que fueron manipulados por aquellos que hablaban de rendición completa pero que ellos mismos no se entregaban por completo. En muchos casos, estos devotos vuelven a las mismas actividades y las retoman, no con el objeto de obtener satisfacción perso­nal, sino como una forma de servir a Krishna.

Este proceso es conocido como varnasrama-dharma, o el proceso gradual de renun­cia y entrega. En el Bhagavad-gita, Krishna admite que aquellos que no se encuentran en el camino de la rendición espontánea y to­tal, pueden ofrecer aquello que les agrada a Krishna. De esa forma, las escrituras prescriben reglas y regulaciones a través de las cuales esas actividades pueden realizarse. El pedido más elevado de Krishna es que abandonemos todo (sarva-dharman parityajya), pero si eso no es posible de inmediato, existe un proceso por el cual podemos aproximarnos gradualmente a esa meta final. Un devoto siempre debe tener cuidado para no confundir las etapas gra­duales del proceso con la meta final.

Recordando el Objetivo Final

La meta última no debe olvidarse y jamás debemos perderla de vista. “Aquellos que cumplen sus deberes de acuerdo con Mis preceptos y que, sin envidia, siguen fiel­mente esta enseñanza, se libran del cautiverio de las acciones fruitivas” (Bhagavad-gita 3.31). El objetivo es lograr que nuestra voluntad se consagre totalmente a la voluntad de Krishna y que no tengamos ningún otro interés separado; si en algún punto a lo largo del camino esto parece muy difícil, no debemos pensar que Krishna está pidiendo mucho de nosotros. En vez de ello, Él está tra­tando de elevarnos al nivel de aquellos que viven en Vrindavana. En el significado de Prabhupada para este verso, vemos que:

quote:

Pero un hombre común que tiene fe firme en los eternos preceptos del Señor, aunque sea incapaz de ejecutar tales ordenes, se libera del cautiverio de la ley del karma. Al ingresar en la con­ciencia de Krishna, tal vez no cumpla íntegramente los preceptos del Señor, pero porque no se deja abatir por tal limitación y trabaja sinceramente sin preocuparse por la derrota o el fracaso, cierta­mente será promovido a la etapa de la con­ciencia de Krishna pura.


En cuanto a esto, ciertamente que habrá disparidad entre lo ideal y nuestra realidad personal. Parece que, en verdad, no somos capaces de rendirnos a Krishna, desprendiéndonos, tirando, quemando o dejando de lado todo aquello que pensábamos que éramos. Debemos aprender a entregar y, de esa forma, purificar todo eso hasta que se transforme en una ofrenda a Krishna. La filosofía del Bhagavad-gita nos asegura que la adaptación de nuestras propensiones es un nivel menos elevado que rendirse por completo, según se comprueba en el verso que describe el proceso de karma-yoga: yat karosi yad asnasi... Yat karosi (“cualquier cosa que hagas”) no es el mismo nivel que sarva-dharman parityajya. Sin embargo, en la vida práctica, si debemos aplicar el verso yat karosi para llegar a la plataforma de la rendición total, Krishna no re­chaza esto.

Aunque nos sorprendamos por la intensidad de la instrucción de Krishna, podemos imaginar lo que signifi­caría no tener ningún otro deseo a parte del de hacer la vo­luntad de Krishna. Yo conversaba sobre esto con un hermano espiritual. En esa discu­sión, él defendía la superioridad de la rendición completa en contraste con la ar­mo­nización frente a lo posible y, para reconciliar ambos lados, él dijo: “Lo que debe­mos hacer es asociarnos in­condicionalmente al maestro espiritual. En su sabiduría y con el conocimiento de nuestra naturaleza, el maestro espiritual nos aprovechará de acuerdo con nuestras propensiones”. Rendición significa, en primer lugar, aceptar la posición de un siervo incondicional.

Incondicional significa que debemos ser sinceros y sinceridad requiere de humildad; para esto, debemos admitir que nuestra conciencia de Krishna no es completa o perfecta. Cuando comprendamos nuestra verdadera posición, sentiremos el deseo de tratar, de cualquier manera posible, de llegar a una rendición personal y natural­mente nos despojaremos de nuestro egoísmo.

Yo trato de animar a los devotos a realizar cualquier servicio que quieran eje­cutar, aunque no sea el que les fue atribuido, principalmente cuando ellos no se sienten capaces de cumplir con sus deberes. Después, cuando están ocupados en cual­quier servicio que hayan escogido, yo los estimulo a mantenerse fieles a la tarea, al margen de las austeridades requeridas. Servir al prójimo, principalmente servir a la Personalidad Suprema, siempre incluye muchas austeridades. Una de las mayores auste­ridades que un devoto experimenta es estar frente a frente con su propia falta de sinceridad. Permanecer fijo en este servicio específico ayuda al devoto a equilibrar la mente y descubrir el camino interior para transformar la actividad en servicio.

Finalmente, cualquier cosa que escojamos hacer, debemos purificarla hasta el punto en que estemos no sólo ofreciendo los frutos de esta actividad que nos es per­sonalmente agradable, sino también ofreciendo dicha actividad para el placer de Krishna. Cuando presentemos nuestra ofrenda, debemos hacerlo con temor e inquie­tud, con la esperanza de que Krishna acepte nuestra minúscula ofrenda de entre millones de otras mucho más maravillosas. Él la aceptará.

Esta conciencia devocional está a nuestro alcance. Nosotros somos capaces de desenvolver entusiasmo por nuestras actividades y trabajar para llegar a la meta del servicio devocional puro.

En ISKCON, más y más devotos están considerando cuánto nos hemos apartado del mundo. Tal vez, te­níamos algo que ver con la familia, la sociedad, el país y la huma­nidad y tal vez podamos volvernos más enteros y realistas. Quizás sea necesario dis­cutir estas cuestiones y no hablar siempre desde la plataforma del predicador faná­tico. Esto es señal de que nuestro movimiento está madurando. Al mismo tiempo, los devotos nunca deben olvidar que, en suma, no necesariamente debemos patear todo lo demás, sino aprender cómo usar todo para Krishna. “Según la opinión de devotos, el recuerdo constante del Señor Supremo se llama samadhi, o transe. Si uno está constan­temente en transe, no hay posibilidad de ser atacado o incluso tocado por las modali­dades de la naturaleza material. Luego que alguien se libra de la contaminación de las tres modalidades materiales, ya no precisa trasmigrar de una forma a otra en este mundo material”. (Srimad-Bhagavatam, 3.33.27, Significado).

Srila Prabhupada jamás señaló que la conciencia de Krishna pura estaba fuera de nuestro alcance. Por el contrario, él nos aseguraba que esto era posible.

El Precio de la Pureza

Obviamente, existe un precio. En una clase que dio el 13 de marzo de 1974 en Vrindavana, Srila Prabhu­pada analiza la afirmación de Rupa Goswami de que, si el amor puro por Dios pudiera comprarse en el mercado, nosotros deberíamos comprarlo sin de­mora.

quote:

Tatra laulyam ekalam mulyam. Rupa Goswami aconsejaba: krsna-bhakti-rasa-bhavita matim kriyatam yadi kuto ´pi labhyate. Él recomienda que, “Si la conciencia de Krishna está a la venta, de­bes comprarla. Debes adqui­rirla en cualquier lugar en que se encuentre”. Éste es el consejo de Cai­tanya Mahaprabhu: que debemos adquirir esta conciencia de Krishna a cual­quier precio. En general, pensamos que precio significa algo en términos de dinero, transacción financiera, por ejemplo, cien o doscientos millones o billones de dólares, o algo así. El precio es diferente. Aquí Rupa Gos­wami dice, “Debes comprar a cualquier precio”. Pero, ¿qué precio es ése?... Laulyam, avidez. Ése es el precio. Ésa es la única cualificación. Ustedes deben estar muy ávidos por ver los pies de loto de Krishna, exac­tamente en esta vida. Ustedes deben desear mucho conversar con Krishna, aun en esta vida, pero sin volverse sahajiyas (sentimentales). A través del servicio. Krishna habla con el devoto, pero no con un no-devoto. Él afirma en el Bhagavad-gita: tesam satata yuktanam bhajatam (pritipurva­kam). Sólo aquellos que están siempre ocupados en el servicio a Krishna, que no tienen otros asuntos. Satata significa veinticuatro horas. Quien no tiene interés... Y bhajatam. Bhajatam significa en servicio. Ustedes siem­pre deben encontrar alguna oportunidad para prestar servicio a Krishna. Ésta es la cualificación. No importa lo que ustedes son. Ustedes pueden ser esto o aquello, eso no importa. No obstante, esa avidez por el servi­cio puede ser adquirida por cualquier persona que simplemente sea sincera. Éste es el precio.


Las palabras de Prabhupada son prácticas. Si él hubiese dicho que debíamos pen­sar en Krishna cada se­gundo y jamás dejar de servirlo, sin ningún otro interés dife­rente, eso nos habría parecido imposible. Sin embargo, Prabhupada enfatiza el servi­cio práctico. Por medio de nuestra absorción en los detalles de nuestras actividades y recordando para quién las estamos realizando, podemos fijarnos en la conciencia de Krishna durante todo el día. Prabhupada era especialista en enseñar una forma activa de autorrealización.

Recuerdo cuando era más joven y servía como presidente del templo en Boston. Aunque no meditásemos interiormente en Krishna, o incluso no estuviésemos libres de deseos materiales, trabajábamos hasta quedar ex­haustos para servir a la misión de Prabhupada. Nuestras vidas eran tan atribuladas, que no había tiempo para pensar en nosotros mismos. No nos dábamos cuenta del trabajo que no esperaba. Entre tanto, si más tarde creí­amos que no éramos capaces de mantener ese ritmo, debíamos buscar otras formas de estar conscientes de Krishna.

Franqueza

Otro punto que Prabhupada enfatiza está enunciado en el significado del Srimad-Bhagavatam 4.21.33:

quote:

Tal vez, alguien pregunte lo siguiente: Puesto que el Señor es adorado por grandes semidio­ses como el Señor Brahma, el Señor Siva y otros, ¿cómo puede un ser humano común en este planeta servirlo? Prthu Maharaja explica esto claramente usando la palabra yathadhikara, “de acuerdo con la propia habilidad”. Si alguien desempeña sinceramente su deber ocupacional, eso bastará. No es necesario volverse como el Señor Brahma, el Señor Siva, Indra, el Señor Caitanya o Ramanujacarya, cuyas capacidades están ciertamente muy por encima de las nuestras. Incluso un sudra (trabajador manual), que según sus cualidades materiales está en la etapa más baja de la vida, puede obtener el mismo éxito. Cualquier persona puede tener éxito en el servicio devocional, con tal que no demuestre duplicidad. Se explica aquí que cada uno debe ser muy franco y liberal (amayinah). Estar situado en un status de vida inferior no es una descalificación para el éxito en el servicio devocional.


Ser franco significa admitir a Krishna que no podemos hacer aquello que Él nos pide; nosotros no somos suficientemente puros o no estamos bastante rendidos para hacer sólo aquello que Él desea, sin ningún interés personal asociado. Ser sincero significa expresar angustia por nuestra propia condición. Nosotros queremos ser devotos de Krishna, pero eso no nos será posible sin Su ayuda.

Srila Prabhupada continúa: “La única cualificación es que, ya sea que seamos brahmanas, ksatriyas, vais­yas o sudras, debemos ser abiertos, francos y libres de reservas. Entonces, cumpliendo nuestro deber ocupacio­nal en particular, bajo la orientación de un maestro espiritual genuino, podremos alcanzar el éxito máximo de la vida”.

Después de admitir a Krishna que no podemos ser devotos perfectos, no decimos: “Por lo tanto, no voy a hacer nada”. Por el contrario, decimos: “Esto es lo que puedo hacer. Puedo ofrecer mi deber ocupacional e implo­rar que lo acepte”.

Encontrando el Equilibrio

La primera pregunta que el devoto suele hacer sobre este asunto es cómo encontrar el equilibrio entre ser orientado por la autoridad y usar el libre albedrío. Debemos seguir un proceso de ensayo y error. Una opción es rendirnos a la autoridad de un templo y confiar en que nos guiará. No quedan dudas de que la autoridad del tem­plo naturalmente nos conducirá de acuerdo con las necesidades de la misión, algunas veces en desmedro de nuestras propias necesidades. Además, en algunos casos, estos líderes realmente nos desorientan y podemos descubrirnos amargados y caminando en sentido del extremo opuesto: la auto-confianza absoluta.

Por ensayo y error, descubriremos nuestra fórmula correcta. Podemos intentar seguir el consejo de al­guien y ver si funciona con nosotros. Si eso no sucede, o si la orientación funciona sólo en parte en el sentido de aumentar nuestra conciencia de Krishna, entonces puede ser necesario algún ajuste. Por esa razón, es importante desenvolver un fuerte sentido de conciencia y ser capaz de oír nuestra voz interior, que nos dice si eso que esta­mos haciendo es beneficioso para nuestro progreso devocional. Es necesario tiempo y madurez para desenvolver esta conciencia.

En muchos casos, nuestra inseguridad en cuanto a lo que estamos haciendo proviene de un concepto erróneo de lo que es conciencia de Krishna. En los primeros años de mi vida, casi siempre quedaba insatisfecho con aquello que estaba haciendo. Si estaba predicando, creía que debía hacer más trabajo administrativo. Si es­taba administrando, sentía que debía salir a predicar. En determinado momento, un hermano espiritual me dijo que yo nunca parecía estar satisfecho y él estaba en lo cierto. Esta inquietud es un signo de comprensión inma­dura. Tal vez pensemos que en el estado perfecto siempre nos sentiremos totalmente satisfechos, –éxtasis veinti­cuatro horas al día–, con lo que deseamos hacer. Sin embargo, la realidad es que, aunque escojamos la mejor situación que podamos imaginar, aún así habrá dificultades. Incluso Prabhupada enfrentó obstáculos en su pré­dica, aunque jamás dudase de su misión. En esas ocasiones, debemos continuar en nuestro servicio y esperar que la insatisfacción pase.

Por último, a medida que avancemos en la conciencia de Krishna empezaremos a convencernos de que aquello que hacemos es nuestra mejor ofrenda en este momento y no necesitamos ser tan dependientes de la aprobación ajena. Es maravilloso encontrar devotos que sienten esa convicción en sus servicios y en su concien­cia de Krishna. Esos devotos son muy afortunados y percibimos que conquistaron su equilibrio, por el hecho de haber perdido el interés en desenvolver gran variedad de habilidades, ya no se muestran inquietos y permanecen fijos en sus actividades. A pesar de las preocupaciones financieras o de otros tipos, ellos tienden a comprender que dependen de Krishna y dejan de lado esas preocupaciones.

No hay una forma única para que todos los devotos encuentren ese equilibrio, pero cada uno de nosotros debe esforzarse para ello. No es necesariamente malo edificar nuestras propias historias para entender adónde hemos andado y hacia dónde queremos ir, en nuestra tentativa de rendirnos a Krishna. En cuanto a eso, debemos tener cuidado para no distorsionar la filosofía o restablecer principios, sólo porque no podemos seguirlos. Debe­mos considerar cuán caídos somos y rezar a Krishna pidiendo Su ayuda.

Entrenamiento Inicial

Un problema es que, principalmente nuestros devotos jóvenes, no siempre están tan seguros de cuáles son sus propias propensiones. En estos casos, es aconsejable que el devoto intente volverse como una hoja en blanco y recibir entrenamiento en el templo, en aquello que la institución describe como rendición completa. Ello establecerá los fundamentos para el desenvolvimiento personal subsiguiente. Los primeros tiempos pasados en un templo son de estudio y práctica intensos. Así como un estudiante de nivel secundario estudia más durante este período que en cualquier otra época de su vida, también el devoto que se muda al templo puede beneficiarse con el entrenamiento intensivo. En el peor de los casos, eso dará al devoto la oportunidad de entender teórica­mente las instrucciones de Krishna y, al hacer lo indispensable de acuerdo con las exigencias de la misión, él po­drá incluso revelar su propia naturaleza. Las propensiones al servicio personal son reveladas a medida que la persona madura.

Por último, necesitamos descubrir cómo cuidar de nuestras propias almas y ofrecerlas a Krishna. Así como la auto-confianza absoluta es una conducta peligrosa, debemos someternos al maestro espiritual y a los vaishna­vas. Debemos tener amigos que se compadezcan de nuestro nivel de avance y nos escuchen y aconsejen sin juicios preconcebidos. Es una cuestión delicada decidir qué es lo que Krishna nos está pidiendo y, para ello, nece­sitamos de oraciones y apoyo. Algunas veces, las señales son claras pero en otras eso no sucede. Entre tanto, cualquiera sea nuestra decisión, debe tener en cuenta nuestra realidad espiritual y estar libre de concepciones estereotipadas de lo que es servicio devocional.

A medida que avanzamos en este proceso, debemos chequear nuestros signos vitales espirituales. Así como un médico verifica nuestros signos vitales, al margen de nuestra queja, para asegurarse de nuestro estado general de salud, también debemos chequear nuestros signos vitales espirituales: ¿Sentimos entusiasmo por ser­vir a Krishna? ¿Sentimos gusto por krsna-katha, tópicos sobre Krishna? ¿Tenemos voluntad de asociarnos con los devotos? ¿Deseamos llegar a la plataforma de cantar con pureza? Controlando estos signos, sabremos si esta­mos progresando en el camino correcto.

A medida que progresamos, debemos trabajar tanto con la realidad como con el ideal. O sea, podemos no saber exactamente lo que Krishna quiere que hagamos y, aún así, aunque supiésemos, no siempre somos capa­ces de atenderlo. Por lo tanto, podemos simplemente seguir adelante usando nuestra inteligencia dada por Dios para hacer todo aquello que podamos para Krishna.

Prabhupada asegura que no importa lo que somos, con tanto que estemos sirviendo a Krishna. El servicio devocional no es un pasatiempo, sino un compromiso de tiempo completo. Podemos entender el servicio devocio­nal como un proceso misterioso y esotérico, o seguir las instrucciones prácticas de Prabhupada en el sentido de empeñarnos siempre en servicio y, al mismo tiempo, pensar en aquel a quien el servicio es ofrecido.

Con el énfasis de Prabhupada para el servicio, nos resta descubrir nuestra propia vocación —aquello que podemos hacer realmente para Krishna— y dedicarnos a esa actividad.

SS Satsvarupa Dasa Goswami fué uno de los primeros discípulos de Prabhupada, fue editor del BTG y escribió varios libros sobre la Conciencia de Krishna, incluyendo una biografía de Prabhupada en 6 volúmenes.

Agregue su Mensaje Aquí
Envío:
Negrita Itálica Subrayado Crear hiperenlace Insertar una imagen prediseñada

Usuario: Información de envío:
Esta es un área privada, sólo los Usuarios Registrados y los Moderadores pueden enviar mensajes desde aquí.
Contraseña:
Opciones: Permitir código HTML en el mensaje
Actvar URLs automáticamente en el mensaje
Acción:


Administración

Terminar Sesión
Dona al Istagosthi Virtual

Página Previa

Próxima página