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Enviado Viernes, 29 de Junio de 2007 - 11:26 pm:   


Diario de un Predicador Viajero Volumen 6 - Capitulo 1
Amigo de los sin refugio
Polonia - India, del 17 de Noviembre al 24 de Diciembre del 2004

A medida que mi gira de prédica de otoño por Polonia llegaba a su fin, mis pensamientos comenzaban a dirigirse hacia Vrindavana y mi inminente visita a la morada trascendental. Cada año al acercarse el mes de Kartika, ansío la atmósfera espiritual de la morada sagrada. Es el sitio natural donde un predicador descansa, se recupera y, lo más importante, profundiza en la Conciencia de Krsna.

Cuando un devoto envejece y la atracción de los placeres materiales comienza a decaer (por el avance espiritual o por un cuerpo anciano) toma más seriamente la oportunidad de visitar los lugares sagrados. Cuando yo era joven iba a la India por el gusto de ver una tierra exótica, y juntarme con mis amigos devotos de todo el mundo donde participábamos de grandes festivales.

Pero estos días voy a la India principalmente a tomar refugio en Vrindavan, para cantar los Santos Nombres pacíficamente en una atmósfera santificada, para orar a los acaryas previos por misericordia, y para contemplar los pasatiempos del Señor. Ya bien entrado el otoño de mi vida, el objetivo más deseado del amor puro por Dios continúa eludiéndome. Si existe alguna posibilidad de obtener ese milagro de amor, es en Sri Vrindavan Dhama.

quote:

¿Dónde es que la gente puede obtener de forma automática y sin esfuerzo el extático y puro amor por Krsna?
¿Dónde es que la Suprema Personalidad de Dios manifiesta Su supremo y maravilloso pasatiempo de forma personal?
¿Dónde se encuentra el imperio de la dicha por el servicio devocional hacia la manifestación de los pies de loto de Krsna?
Oh hermano, escucha que te contaré un secreto. Todo esto se encuentra presente aquí, en Vrindavana.

[Srila Prabhodananda Saraswati, Vrindavan-mahamrta, Capítulo 1, Verso 24]


Obtener tan exaltado estado de Conciencia de Krsna también implica el transmitir el mensaje del Señor Caitanya a través del mundo entero. Debido a esto la fórmula de muchos predicadores equivale a 11 meses de prédica en Occidente y un solo mes haciendo bhajan en el Santo Dhama, estaba ansioso por alcanzar esas preciosas semanas en la tierra de Krsna.

Lo que hacia más excitante esta oportunidad de ir Vrindavana este año, era que mi hermano menor, Pete, me acompañaría. Su historia es un milagro en si misma –cómo había llegado él de las profundidades más oscuras de la ilusión y sufrimiento hasta la tierra del amor y bienaventuranza.

En Agosto Pete había decidido tomar su propia vida, la adicción a las drogas por más de 25 años, e indigente por 5 de ellos, ya había sido suficiente. La última vez que nos vimos fue hace seis años atrás en el funeral de nuestra madre. No había escuchado de él desde entonces, luego me enteré que la herencia que había recibido de nuestra madre había sido desfalcada por un contador corrupto y se había quedado sin recursos y literalmente tuvo que vivir en las calles. Por las noches conseguía cajas donde dormir a la entrada de alguna tienda, o tomaba refugio en los arbustos cerca de los rieles del tren en nuestra ciudad natal en California.

Sus alimentos los obtenía revisando los botes de basura de la calle, había caído en un estado de ignorancia tal que en vez de lavar sus ropas las dejaba así hasta que se ponían asquerosas, y antes de tirarlas obtenía otro cambio robándolas de alguna tienda o se las daban en el ejercito de salvación.

Eventualmente perdió cualquier cosa de la que pudiera ser su dueño, iba a la deriva de ciudad en ciudad sólo con una bolsa para dormir de tamaño infantil (que solo le llegaba hasta la cintura) y con sus ropas en una mochila pequeña. A veces vivía con otros que se encontraban en la misma miserable condición, o solo, donde nadie notaba los severos ataques de depresión de los cuales era víctima.

Se enfermaba muy seguido, durante los inviernos contraía muchas infecciones y enfermedades, en un punto un cáncer en su rostro fue tan prominente que un doctor amigable lo operó sin cargo, dejándolo con una nariz desfigurada.

Diariamente tomaba refugio en una cosa que alivianaba su dolor de existir: Las drogas, sus preferidas eran las anfetaminas –o “velocidad” en el dialecto callejero–, debido a su forma de ser casual y alegre hizo amigos fácilmente y los vendedores de drogas le suplían lo que él necesitara sin ningún cargo.

Pero el aparente alivio que experimentaba con las drogas sólo complicó las cosas, y este último verano decidió cometer suicidio.

Por primera vez en años estaba viviendo en un departamento con una mujer que había conocido tiempo atrás, Linda Sue había corrido una suerte similar a la de Pete: un divorcio la había dejado en la calle y también tomó refugio en las drogas, el gobierno le había quitado a sus dos hijos, pero se los devolvió cuando se las arregló para alquilar un departamento en un ghetto de San Francisco.

Un día ella y Pete encontraron una vieja computadora en un bote de basura, la llevaron a un local de computadoras y le pidieron al dueño que la arreglaran como un favor. Pete fue el primero en utilizar la computadora, Linda Sue quedó en shock esa noche cuando descubrió que había ordenado un número mortal de pastillas a través de Internet. Cuando ella lo confrontó, él admitió que estaba contemplando el suicidio, desesperada le preguntó si tenía algún familiar, con la esperanza de que lo convencieran de que no cometiera suicidio. Cuando le dijo que tenía un hermano mayor, lo persuadió de buscar en Internet para encontrarme y pedirme ayuda.

El problema era que Pete no podía recordar como deletrear mi nombre –aunque habíamos pasado algún tiempo mientras yo era devoto en Francia. En 1983 lo había traído conmigo a Paris para que pasáramos unas semanas juntos. Fue una visita muy difícil.

Me era muy dificultoso mantenerlo alejado de las drogas y el alcohol y mostraba muy poco interés por la Conciencia de Krsna, sólo durante el último día de su visita pude sentir un poco de esperanza. Ya estaba muy atrasado para su vuelo y lo estaba esperando ansiosamente por los alrededores del templo. Eventualmente lo encontré haciendo dandavats en el piso del templo frente a Radha Paris-Isavara, estuvo tirado allí por un largo tiempo y cuando se paró, lo hizo respetuosamente hacia las Deidades con sus manos juntas. Observé tras una puerta con mucho asombro mientras él oraba con mucho sentimiento a Radha y Krsna, no pude escuchar lo que decía, pero era obvio que estaba tomando refugio. Luego de dos o tres minutos, ofreció otra reverencia y se fue.

Ahora, 21 años después, mientras Pete escribía varias combinaciones de letras de mi nombre en la búsqueda de Google, nada aparecía. Finalmente en las primeras horas de una mañana tipió correctamente mi nombre y aparecieron numerosos sitios. El primero que eligió fue: www.traveling-preacher.com.

Asombrado por lo que había encontrado se quedó hasta el siguiente día leyendo los capítulos de mi diario. Al anochecer le dijo a Linda Sue “me gustaría contactar a mi hermano”, antes de caer exhausto.

Días después de estos sucesos me encontraba bajando mis correos en Polonia sin saber si Pete seguiría con vida, durante años lo estuve buscando con ayuda de la policía, amigos e Internet. Bien consciente de su adicción a las drogas, ya había concluido que estaba muerto. Por lo que quedé en shock al leer el correo de Linda Sue:

quote:

Mi nombre es Linda Sue DeLaney y Peter es mi novio. Lo conocí el año pasado. Me encontraba viviendo en las calles y el gobierno me había quitado a mis dos niños.

Peter también se encontraba sin hogar, ha estado viviendo en una tienda en las colinas durante tres años, yo también fui a parar allí, reecientemente me han devuelto el cuidado de mis hijos. Vivimos en un ghetto en San Francisco.

Estoy preocupada por Peter ya que ha vivido en las calles durante mucho tiempo y ha tenido una vida muy dura, es muy difícil para él motivarse. Se deprime muy fácilmente, recientemente ha hablado sobre suicidarse.

Ha encontrado su sitio web y me lo ha mostrado, se puso muy contento de saber sobre su ministerio y sus viajes. Lo he alentado para que le escriba pero está muy avergonzado, me he tomado la libertad de escribirle yo misma. Le agradecería mucho si pudiera escribirle o llamarlo.

Entrar en contacto con usted significa todo en el mundo para él.

Sinceramente,
Linda Sue.


Lo llamé de inmediato, Linda Sue contestó el teléfono y me pasó con Pete.
“Pete, soy tu hermano mayor.”
No hubo respuesta. podía escuchar a Linda Sue rogándole en el fondo.
Continué, "Pete, te estado buscando durante años. Nunca te he olvidado y me encuentro aquí para ti ahora”.
Pude sentir que estaba intentando tomar coraje para decir algo.
“¡Pete!” grité.
“Hare Krsna,” dijo suavemente.

Durante la próxima hora recordamos sobre nuestra niñez y nuestra corta asociación en Francia, le pedí a Pete que fuera franco conmigo y me contó sobre su vida de abandonado.

“¿Por qué no me llamaste?” le dije después de un rato.
Hizo una pausa, “no tenía ni un centavo para hacer una llamada, así de mal estaba y además estaba avergonzado”.
“Soy tu hermano” le dije, “puedes compartir conmigo todo”.
Siguió contándome su historia, la cual se me hacía muy duro de escuchar. Me relató que muchas veces lo habían golpeado y robado sus escasas pertenencias, muchos de sus amigos de la calle murieron ante sus ojos, debido a la exposición o a las drogas.
“¡Cómo has podido tolerar todo eso?” pregunté.
De nuevo hizo una pausa, “cada vez que se ponía muy duro” dijo, “cantaba Hare Krsna”.

Quedé boquiabierto.

“Aunque actué locamente cuando estuve contigo en Francia, siempre escuchaba ese mantra que quedó fijo en mi mente, entendí que era algún tipo de refugio el cual me ha protegido, hubiera muerto hace bastante tiempo atrás”.

¡No podía creer lo que estaba escuchando!

“Sigue cantando entonces” dije, “y no te quites la vida”.
“No lo haré ahora” respondió, “gracias por llamar”.
“Es solo el comienzo” le dije, “Krsna ha respondido a tus plegarias –así como a las mías”.

quote:

El Señor Krsna, quien es como el sol que sale entre las tinieblas, como un bote para el ahogado, como una dulce lluvia para el sediento, como una riqueza fabulosa para el necesitado, y como el infalible doctor para aquellos que sufren de una grave enfermedad, Él ha venido con una gran bienaventuranza para todos nosotros.

[Srila Rupa Gosvami, Padyavali, Texto 51]


Al día siguiente llamé a Pete y a Linda Sue y les dije que los estaba invitando a ellos y a sus dos hijos a Polonia para el festival de 10 días de Woodstock, se quedaron sin habla.

“No tenemos pasaportes” dijo Linda Sue, “ni siquiera tenemos dinero para ir hasta la oficina de pasaportes”.
“Yo me encargaré de todo” respondí, “no se preocupen”.
“Es una gran apuesta” me dijo mi sirviente al colgar el teléfono, “es un drogadicto y tal vez ella también. Es muy difícil para la gente como ellos abandonar las drogas, se puede convertir en una pérdida de tiempo y dinero”.
“Donde hay vida, hay esperanza” contesté.

Diez días después llegó Pete y su familia, las palabras de mi sirviente hacían eco en mi mente. Y dicho y hecho, al ver a Pete y a Linda al bajar del auto pude observar sus ojos rojos de tomar drogas.

“Daré lo mejor de mi y dependeré del Señor” pensaba mientras caminaba hacia Pete y le daba un gran abrazo.

Durante los días siguientes los sofocamos de amor y los sumergimos en un océano de néctar: La Villa de la Paz del Festival de Woodstock de Polonia. Si tenían la intención de tomar drogas no tuvieron el tiempo. ¡Ni siquiera un segundo! ¿Y por qué hubieran querido hacerlo?, los habíamos transportado al maravilloso mundo de la Conciencia de Krsna, donde el caminar es bailar y el hablar es cantar y donde todo el día es fiesta.

No podían creer lo que veían: La gran tienda, la distribución de prasadam, las muestras culturales, las bandas de los devotos, la gente, todo. Mi hermano espiritual, BB Govinda Maharajá, amablemente lo llamó el mayor show en el mundo. Todo esto derritió sus corazones.

Estuvieron libres de drogas durante todo el festival y por la siguiente semana, luego los llevamos hacia el norte, al Mar Báltico, para las dos siguientes semanas de festivales de verano. Estábamos llevando un ritmo intenso, pero para mi sorpresa no enfrentaban ninguna dificultad.

“La India siempre me ha atraído” dijo Linda Sue un día, “¿me podría explicar un poco más sobre la filosofía?”
“Claro”, dije con una sonrisa.
Al final Linda Sue dijo, “esto es lo que siempre he estado buscando, ¿y sabe que Maharajá?”
“No”, respondí.
“Hemos caído tan bajo, sufrimos tanto. No se puede imaginar lo agradecidos que estamos ahora”.
Un día Pete vino a mi y dijo, “Maharajá, ¿será una buena idea que comience a cantar en las cuentas?”
“Por supuesto,” respondí.
“Estaba pensando en hacer dos o tres rondas por día”, me dijo.
“Nada menor a 16”, respondí con una sonrisa.

Quedó boquiabierto.

“Tienes 53 años de edad,” le dije, “Tienes que ponerte al día por el tiempo perdido.”
Dudó por un momento.
“¿Recuerdas cuando oraste a Krsna por misericordia hace 21 años atrás en Paris?, te pareste ante Él con tus manos juntas”.
Pete bizqueó y trató con fuerza de recordar.
“Bueno, yo lo recuerdo,” dije. “Y cantar Hare Krsna es la respuesta del Señor a tus plegarias”.
Convencido, Pete dijo, “de acuerdo, serán 16 rondas serán”.

Pero no pudo cantar 16 rondas por día, en vez de eso, comenzó cantando 32, experimentando un gran alivio y néctar de los Santos Nombres.

Unos pocos días después vino y me dijo, “a partir de este momento juro que nunca más tomaré drogas, alcohol, o cigarros”.
“Eso es algo serio,” respondí. “Algunos lo dicen para hacerlo, pero tendrás que tomar un programa de rehabilitación y unirte a Alcohólicos Anónimos, es muy raro que sólo abandones esas cosas y que no vuelvas a ellas”.
Pete se puso serio y sosteniendo su bolsa de japa en lo alto dijo con convicción, “y más raro es obtener la misericordia de los Santos Nombres”.
¿Qué podía decir? Argumentar lo contrario significaría que tengo menos fe en los Santos Nombres que él. ¡Y yo no sería sobre excedido por mi hermanito!

Al final de la gira de verano, Pete y Linda Sue volvieron a Norteamérica, pero no a San Francisco, entendieron que allí había muchas tentaciones. En su lugar hice los arreglos para que se establecieran en una comunidad de devotos en Alachua, Florida. Los devotos accedieron amablemente a ayudarlos a establecer un hogar.

Mantuvimos contacto durante el primer mes y todo anduvo muy bien, y para alentar a Pete lo invité a venir a la India.

Durante le primer mes de Kartika nos encontramos en Vrindavana, él seguía cantando 32 rondas por día y ya había leído el Krsna book tres veces, de principio a fin, para prepararse para el peregrinaje. Caminando alrededor de la villa de Vrindavana, sus ojos se iluminaron cuando le mostré los lugares trascendentales de los cuales había leído.

Después de unos pocos días, le pregunté si esto era muy austero, refiriéndome al temprano inicio del invierno y a las condiciones poco higiénicas de la sobre poblada villa.

Pete sonrió y dijo, “las austeridades aquí no son nada comparadas con lo que ya he experimentado, ¡estoy mucho mejor aquí que lo que pude haber pasado en casa! Y he ganado más al ser intoxicado por los Santos Nombres de Krsna aquí que por las sustancias que tomé en los Estados Unidos!”

El mes de Kartika pasó rápido, disfruté el poder compartir con mi hermano todo lo que había aprendido en 35 años de devoto, era un buen oyente. Había sufrido todo lo que un hombre podía sufrir y por esto apreciaba de forma positiva la alternativa de la Conciencia de Krsna. Un devoto desde el día que se rindió a Radha y Krsna hace 21 años atrás en París, sus súplicas a Ellos, aunque ofrecidas en la infancia de su vida espiritual, habían sido tomadas en el corazón del Señor, quien eventualmente hizo todos los arreglos para traer a Pete al hogar, a Sri Vrindavana Dhama.

Tal es el poder de una simple oración desesperada –y tal es la bendición de la luna de la misericordia sin causa de Krsna–.

quote:

Me estoy ahogando en el remolino doloroso e incomprensible del nacimiento y muerte repetidos. ¡Oh Señor, oh amigo de los desamparados, oh refulgente luna de misericordia, por favor, solamente por esta vez, extiende rápidamente Tu mano para salvarme!”

[Srila Rupa Gosvami, Padyavali, texto 61]


© 2004 - SS Indradyumna Swami - www.predicador-viajero.com

© 2007 Templo Virtual de ISKCON (trad. al español)
El contenido de estas narraciones no podrán ser reproducida sin previo consentimiento por escrito del autor.

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