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Volumen 5 - Capítulo 6 - Ahora existe...

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Enviado Martes, 23 de Mayo de 2006 - 08:07 pm:   


Diario de un Predicador Viajero Volumen 5 - Capitulo 6
Ahora existe una esperanza
Mlawa, Polonia, 21 de Junio al 7 de Julio de 2003

Nuestro último festival de la primavera era en Mlawa, el periódico que nos había difamado también era de esa ciudad por lo que nos encontrábamos un poco nerviosos mientras nos acercábamos junto a otros 60 devotos para el primer harinama. El periódico había publicado nuestra refutación, pero es obvio que por lo general la gente se inclina por las malas noticias más que por las buenas, por lo que temía que la gente de Mlawa se sintiera indignada.

Llegamos al pueblo mientras que miles de personas comenzaban sus ocupadas mañanas en las puertas del mercado cercano al centro. Puestos de frutas y vegetales, mesas con ropa, zapatos y otros artículos conformaban la escena. A esto se le sumaba la multitud apiñada en los pequeños corredores.

El mercado permanece abierto sólo medio día, por este motivo tenía la intensión de repartir la mayor cantidad de invitaciones, por lo que me traje un extra de devotos, le solicité al grupo de kirtan que hiciera una rápido recorrido por el mercado y por las calles aledañas, Sri Prahlada dirigió un poderoso kirtan con su acordeón mientras los devotos bailaban en éxtasis. Toda duda o sospecha por parte de la gente pronto se disipó por la luminosidad de los Santos Nombres, mientras la gente sonreía y saludaba prácticamente volamos a través del mercado distribuyendo la gran marca de 6,000 invitaciones en 90 minutos.

A la mañana siguiente me desperté anticipando una gran multitud para el festival, solo que me decepcioné por las nubes en el horizonte. A medida que las profundas nubes se acercaban a Mlawa por el sur les ofrecí mis respetos recordando las instrucciones del Señor Krsna a los Pandavas en el Mahabharata:

Durante la batalla de Kuruksetra Asvattama lanzó un arma brahmastra hacia los Pandavas, tan poderosa era esta arma que ni siquiera los Pandavas podían destruirla o contraatacarla. Siendo ellos devotos completamente entregados inmediatamente giraron hacia Krsna para tomar refugio. El Señor les dijo que cuando la oposición es más fuerte que uno mismo es mejor evitarla, además les dijo que se quitaran las armaduras, tiraran sus armas y ofrecieran respetos al brahmastra. Si así lo hacían el brahmastra perdería poder. Mientras el brahmastra se aproximaba todos excepto Bhima se quitaron sus armaduras y arrojaron sus arcos y flechas. Bhima se paró desafiante, justo cuando el brahmastra estaba a punto de golpearlo los otros Pandavas quitaron a la fuerza sus armaduras y tiraron las armas a un lado, entonces todos hicieron sus reverencias al brahmastra mientras pasaba inofensivamente sobre sus cabezas.

Toda mi ansiedad se disipó cuando llegué al lugar del festival, me sentí muy feliz cuando pude ver que las autoridades nos habían dado la calle junto al edificio de la Municipalidad y que habían bloqueado el tráfico, el personal encargado de las tiendas había pasado toda la mañana preparando el prestigioso lugar, pero justo cuando la gente comenzó a llegar a las 5:00 PM el peor de mis temores se volvió realidad y comenzó a llover, algunos tomaron refugio en las tiendas y otros simplemente giraron y volvieron a sus casas.

“¡Cuanta potencia tuvieron mis reverencias!” me dije a mi mismo, el resto del día llovió de forma alternante, sin embargo entre 400 a 500 personas determinadas se quedaron.

Entre éstas se encontraba una pequeña niña que se acercó a Jayatam das y a mi mientras estaba firmando libros en la mesa para tal fin. Me miró por unos momentos “si” dijo, “es usted, ¿puedo enseñarle algo?”
“Por supuesto” le respondí, intrigado por su entusiasmo, la niña abrió su billetera y sacó una foto de ella y su familia junto a mi posando en nuestro escenario, “la tomamos en Kolobrzeg hace tres años, siempre recuerdo ese festival, fue uno de los mejores días de mi vida”, metió la mano en su bolso y sacó la Ciencia de la Autorrealización y el Srila Prabhupada Lilamrta en polaco, “compré estos libros aquella vez” me dijo, “y ahora quiero devolverlos” yo estaba sorprendido.
“¿Pero por qué?” pregunté.
“Simplemente no los puedo entender” me respondió, “he tratado pero no soy lo suficientemente inteligente, he llegado a la conclusión de que no hay esperanzas, nunca podré entender a Dios”.
Tenía cosas que hacer por lo que le presenté a Vara-nayaka das “trata de convencerla para que se quede con los libros” le dije, más tarde Vara-nakaya me dijo que la niña lo iba a pensar y que regresaría al día siguiente.

Al cierre del festival por la noche solo unas pocas personas permanecían, mientras que la lluvia se calmaba un poco durante el último kirtan me di cuenta de la llegada de unos borrachos, de una trabajadora social con niños discapacitados y de bastante gente sorda parada frente al escenario congelados sin hacer ningún movimiento, esta no era la clase de espectadores que tenía en mente. Al día siguiente llovió aún más fuerte, pero tan pronto el clima daba un respiro la gente de los edificios vecinos llegaba corriendo, gradualmente el clima comenzó a cambiar hasta que el cielo quedó totalmente despejado, así que para eso de las 20:00 horas ya teníamos una cantidad normal de personas quienes se las arreglaron para correr a través de los exhibidores para comprar libros y regalos a pesar del tiempo perdido.

El restaurante vendió todo rapidísimo, pero tan solo dos horas después me encontraba decepcionado, el festival simplemente no había sido todo lo exitoso que me había imaginado si no hubiera llovido, mi único consuelo fue cuando subí al escenario para dirigir el kirtan final. Me quedé sorprendido al ver que la multitud era una de las más grandes de la gira de Primavera.

Dieron un aplauso cuando un devoto se acercó y me puso una gran guirnalda de caléndulas que alcanzaba mis rodillas, a la llegada de la noche las luces de la calle iluminaron el área y dí comienzo al kirtan feliz de ver muchos rostros del día anterior, incluyendo a los borrachos, los sordos y los niños discapacitados. Me sentía exhausto por lo que llamé a Sri Prahlada para que se hiciera cargo del kirtan, y tal como es costumbre muy pronto tenía a la multitud danzando en completa felicidad.

Los sordos que la noche anterior habían permanecido de pie inmóviles, pero hoy bailaban salvajemente. Debido a que no podían escuchar el ritmo su baile no estaba en el tiempo del resto, pero eso no los detuvo, saltaban y giraban con grandes sonrisas en sus rostros, dándose aliento con el lenguaje de signos.

Al otro lado del escenario pude ver a los borrachos (los cuales estaban igual de intoxicados que la noche anterior) que bailaban en un círculo, a pesar del estupor podían mantener de todas formas su balance “¡Hare Krsna!” aclamaban, “¡Hare Krsna, Hare Krsna!”.

De repente uno de los niños discapacitados se incorporó y comenzó a bailar, al principio la gente estaba un poco disgustada por sus movimientos sin coordinación, pero su entusiasmo fue contagioso y pronto mucha más personas comenzaron a bailar.

Llamé a Jayatam “graba el kirtan” le dije.

Lentamente comenzó a hacer paneos de la multitud “¡no!” le grité, “¡filma a los sordos y a los borrachos!, ¡mira como les encantan los Santos Nombres!” en eso Jayatam abrió sus ojos muy grandes, “¡Srila Gurudeva! Gritó “¡mire, allí esta la niña que le mostró la foto, está bailando!”

Una hora más tarde Sri Prahlada llevó el kirtan a su cierre, por un momento la gente se quedó congelada y en silencio tratando de entender que había pasado, para muchos era su primer kirtana y se veían conmocionados.

Usualmente finalizamos un festival honrando a nuestros invitados más jóvenes según el entusiasmo que hayan tenido en el kirtana, me adelanté al escenario y llamé a los cinco mejores bailarines entre los niños, les pedí que subieran al escenario. A medida que se acercaban les fui entregando saris de seda de nuestro puesto de moda espiritual a las niñas. La multitud se puso como loca.

Mientras hacía las presentaciones, pude ver de reojo al niño con problemas mentales que había animado tanto a la multitud con su baile, llamé a un devoto y le pedí que lo trajera al escenario, el chico se paró a mi lado sonriendo de oreja a oreja, lo rodeé con un brazo y anuncié a la gente que lo queríamos premiar con un reconocimiento especial, tomé mi larga guirnalda de caléndulas y cuidadosamente la coloqué alrededor de su cuello, la multitud rompió en un estrenduoso aplauso.

Giré para dar un adiós final a la gente pero no paraban de aplaudir, por lo que sonreí y saludé con una mano. Al bajar del escenario Vara-nayaka me estaba esperando, “Srila Gurudeva” dijo, “¿recuerda a la niña que quería devolver los libros?”.
“Si” le respondí, “la vi bailando en el kirtana”.
“Eso es correcto” dijo Vara-nayaka, “me dijo que después del kirtana ella sintió que todavía había esperanzas para ella y que por ahora se quedaría con los libros”.
"Tal es el poder de los Santos Nombres” pensé mientras me dirigía a mi auto, caminé lentamente saboreando los últimos minutos de la gira de primavera, pude ver a la gente sorda saludándome desde el otro lado de la carretera y les devolví el saludo unos pasos más adelante se me acercó el grupo de borrachos y uno a uno me estrecharon la mano, y ya entrando a mi auto el niño con problemas mentales llegó corriendo y me dió un gran abrazo, le devolví el gesto mientras recitaba una pequeña plegaria para que Krsna le siguiera bendiciendo.

¿Y por qué no él?, esa noche había visto con mis propios ojos que el Señor Caitanya no hace distinciones entre el pecador y el santo, el caballero y el rufián, el erudito y el tonto. Un festival decepcionante pronto se había convertido en uno de los mejores de la temporada, y mi corazón había quedado completamente satisfecho.


quote:

tri bhuvana kamaniye gaura candre vatirne
patita yavana murkhah sarvatha sphotayantah
iha jagati samasta nama sankirtanarta
vayam api ca krtarthah krsna namasrayad bhoh

Cuando el Señor Gauracandra, la más atractiva personalidad dentro de los tres mundos advino en este universo, todas las almas caídas, incluyendo a los nacidos en clases bajas y a los tontos comenzaron a mover sus brazos en el aire excitados por el canto congregacional de los Santos Nombres. Nosotros también nos encontramos totalmente satisfechos debido a que tomamos refugio en los nombres de Krsna. ¡Oh mi Señor!.

[Sri Sarvabhauma Bhattacarya: Sri Gauranga-mahima, Susloka-Satakam, Texto 44]
© 2003 - SS Indradyumna Swami - www.predicador-viajero.com

© 2006 Templo Virtual de ISKCON (trad. al español)
El contenido de estas narraciones no podrán ser reproducida sin previo consentimiento por escrito del autor.

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