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| | Enviado Sábado, 14 de Junio de 2003 - 07:56 am: |  |
El Monje Caminante
Las dos primeras semanas
Por: Bhaktimarga Swami
Por la gran misericordia de Krishna, el creador, Niskm (como lo llaman los aborigenes Mikmak en la costa este). Esta humilde persona ha podido completar dos semanas de carretera habiendo cubierto 565km. En Newfoundland y Nueva Escocia.
Esto ha sido posible gracias a la asistencia de la remarcable compañía de Tattva Darshan, Bhakta Shane y Bhakta Benjamín.
La gente me pregunta, "¿Cómo te sientes?" refiriéndose a mi estado físico y mental.
La respuesta es, "¡Libre!"
La carretera es como el cielo, vasta, abierta y acogedora. Es la puerta abierta al ejercicio, educación, vistas, reflexión y realización. La carretera tiene curvas y es definitivamente como la vida; detrás de cada curva hay una nueva sorpresa. ¡Tal libertad! En las dos semanas pasadas he conocido personas con grandes y con pequeños sueños. En conversaciones con ellos yo deseaba que esos sueños se alinearan con las necesidades del alma.
La gente de Newfoundland es estupenda, amigable, cálida, y no son engreídos.
A medida que la tierra se conoce bien, la robustez, y la naturaleza original del lugar, se percibe lo impresionante. Es fácil apasionarse con el lugar. Como lo puso uno de nuestros anfitriones, Judy, "Yo tengo que tener mi océano y tengo que tener mis ROCAS." Es el país de Dios, seguro. Como dirían en Newfoundland, "Yo gusto de esto."
Los medios se han portado bien con nosotros. En Nova Scotia, El periódico de New Glasgow imprimió la historia - una gran foto a color con una gran tipografía fue colocada en la página frontal. Los automovilistas fueron informados sobre el monje en azafrán moviéndose por la carretera a paso de hombre. En el Cape Breton Post apareció un artículo en la sección de obituario, pero de acuerdo a lo que dijo un caballero de Sydney, Nova Scotia, esa sección es la más leída por todos.
Cuando entré caminando a la reserva First Nations, Eskasoni, el responsable estaba anonadado. Unos Maestros - con cuidado me vieron caminar y salieron corriendo debajo de la lluvia para pedirme autógrafos. Un hombre se fue hasta su casa luego de verme mojado y me trajo un paraguas. La gente paraba y me tomaba fotos. Algunos ofrecían donaciones y apretones de mano. Los chicos caminaban conmigo abajo del paraguas realizando preguntas, mientras llovía a cántaros.
Las preguntas más comunes eran: "¿Qué estás haciendo?", "¿Puedo llevarte en mi auto?", "¿Eres un monje?"; "¿Eres un budista?", "¿Viénes del Tibet?, ¿De la India?"
Tan solo por estar vestido con túnicas de monje algunos levantaban sus cejas. Eso pone a la gente a hablar y a pensar.
Conjeturo que para mucha gente mi ropa es un recordatorio sutil de tener la oportunidad de hacer un poquito más por alcanzar el camino de la espiritualidad. Con cada pequeño esfuerzo, nosotros tomamos la ayuda que nos brindan. Como nuestro magnánimo Guru, Srila Prabhupada, dijo. "Pequeñas gotas erosionan la roca".
Hare Krishna!!
Bhaktimarga Swami
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